Sigo acechando imitando esos lobos que esconden su pellejo
en los acantilados
Pendiente de ti sin que lo sepas
aullando
comiendo carroña
presintiendo la caída de la tarde
¿Donde está la pradera?
¿Donde el sol que un día quemó la senda de mi huida?
Sigo acechando pensando
Siguiendo ya no el filo de tu cuarto
menguante
o aquel aroma tibio
de las noches
en marzo
Te persigo en el risco/
Bajo la lluvia suave (que humedece) las sombras de los álamos
Entre el musgo
o el puente
(levadizo)
que separa las horas
de los días
Encontrarte no importa
no me basta /
moriría mi coartada
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